El verano ya está aquí y cuando los primeros calores aprietan recordamos que quizá sea momento para instalar un sistema de aire acondicionado para el hogar. Aunque en el mercado encontramos una amplia variedad de modelos, formatos y características.
Si estás pensando en adquirir una instalación de aire acondicionado, te explicamos algunos de los principales aspectos a tener en cuenta.
¿Por qué un aire acondicionado inteligente o conectado?
¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir un sistema de aire?
Tipos de aire acondicionado
Los aires acondicionados de tipo de ventana son los más antiguos y ya casi no se instalan, aunque se siguen viendo muchos en locales y hogares. Constan de una máquina en la que la ventana hace de compresor y climatizador. En caso de que tengas uno instalado en casa en funcionamiento y que ofrezca un buen rendimiento, puede ser interesante consultar a un técnico sobre la compatibilidad con kits para convertirlo en un aire acondicionado inteligente.
Los más frecuentes son los de tipo split, orientados a la climatización de una sola estancia. Su instalación combina una unidad interior, con el evaporador, el filtro de aire, sistema de control y el ventilador; y otra exterior donde se alberga el compresor y condensador.
Similar a la de tipo split en funcionamiento pero con mayor tamaño y capacidad encontramos la de tipo Multi-Split, que alimenta a más unidades interiores.
Finalmente encontramos los sistemas de climatización portátil, equipos que permiten su uso en cualquier lugar de la casa al no requerir instalación, son más económicos pero también los menos eficientes.
Frigorías
Las frigorías son la unidad de medida para cuantificar la capacidad de refrigeración de un sistema y para su cálculo emplearemos los metros cuadrados de la zona a climatizar.
Una buena aproximación para determinarlas son unas 100 – 140 frigorías por cada metro cuadrado. Así, en un piso de 60m2 precisaremos un sistema que genere unas 3.000 frigorías.
En todo caso, el objetivo de las frigorías es ayudar a dimensionar el sistema de aire acondicionado logrando un ambiente agradable en verano de unos 24 – 26 º grados.
Eficiencia energética
Un aspecto fundamental habida cuenta del consumo del aire acondicionado es su eficiencia energética, algo que podemos verificar comprobando la etiqueta energética que se halla en la caja del aire acondicionado:
- Clase A: ya casi no se ven en el mercado.
- Clase A+: consume hasta un 10% menos que uno de clase A.
- Clase A++: consume hasta un 16% menos que uno de clase A.
- Clase A+++: puede llegar a consumir hasta el 40% menos que uno clase A.
En este sentido, decantarse por modelos más eficientes puede repercutir en el desembolso inicial, si bien a la larga se traducirá en una factura eléctrica más baja.
No obstante, tan importante para contener la factura eléctrica como adquirir electrodomésticos energéticamente eficientes es contar con un buen aislamiento en nuestro hogar, que minimicen las pérdidas de temperatura.
Tecnología INVERTER
Una característica a tener en cuenta a la hora de elegir un aire acondicionado es que disponga de tecnología Inverter, que maximiza y mejora el funcionamiento de los sistemas de refrigeración frente a los sistemas tradicionales, que emplean el 100% de su potencia para lograr la temperatura consigna, lo que se traduce en un mayor consumo eléctrico.
La tecnología Inverter se encarga de potenciar la capacidad de refrigeración y mantenerla constante, de modo que reduce el consumo energético. Por este motivo, es bastante habitual que los modelos actuales dispongan de este sistema.
Tipo de GAS REFRIGERANTE
La refrigeración de los sistemas de aire acondicionado llega a través de circuitos de frío-calor en cuyo interior es recorrido por un gas refrigerante. El empleo de un gas u otro repercute a nivel ambiental, tanto por su eficiencia energética como por lo respetuoso con el medio ambiente de su empleo.
En la actualidad, el antiguo gas R22 ha dejado paso al R410, un gas frecuente en los sistemas de refrigeración menos contaminante que su predecesor. No obstante, es más interesante decantarse por un sistema de aire acondicionado con refrigerante R32, más eficiente que el R410 y más respetuoso con el medio ambiente, ya que requiere menos carga de gas.
Ruido
Un aspecto que a menudo suele pasarse por alto hasta que no encendemos el aire acondicionado es el ruido que este genera, especialmente teniendo en cuenta que el paso del tiempo puede resultar en un incremento de este y que no todos tenemos la misma sensibilidad hacia el ruido.
Nos interesa especialmente el elemento que va a estar instalado en el interior, ya que será el que más percibamos en nuestro día a día. Obviamente, cuanto más silencioso, mejor.
No obstante tampoco descuidaremos el ruido generado por el compresor, situado en el exterior de la casa, y que puede causar molestias a los vecinos e incluso sobrepasar los límites establecidos por la ley en zonas protegidas.
Filtros
Como en los aspiradores, los filtros del aire acondicionado atrapan partículas presentes en el aire, en este caso polvo, humos y otros elementos nocivos para la salud y también para los conductos del aire. Por este motivo, es fundamental realizar su mantenimiento, limpieza o sustitución periódica, según proceda.
En el mercado encontramos filtros de muchos tipos, incluso lavables, que evitarán que tengamos que sustituirlos cuando se obstruyan. Que un sistema de aire acondicionado disponga de filtros fijos o sustituiblesdepende del modelo y fabricante, si bien es habitual que se puedan desmontar para su limpieza.
Entre los tipos de filtros que existen se encuentran los de tipo fotocatalítico que se limpian con la luz solar, de plasma o neoplasma, indicados para personas alérgicas y asmáticas y que son capaces de purificar y desodorizar el aire, de carbón activo, pensados para absorber los malos olores o el humo del tabaco o filtros iónicos para mejorar la calidad del aire.